Si ponemos nuestras copas de vino a contraluz, podemos notar manchas en el cristal que no habíamos visto antes. Para evitar esto y alargar la vida de nuestra cristalería, es esencial limpiarla y almacenarla adecuadamente, especialmente cuando se trata de piezas únicas.
Consejos de expertos:
- Lo mejor es lavar la cristalería inmediatamente después de usarla. Si no es posible, déjalas en remojo toda la noche en agua con un poco de jabón y unas gotas de amoniaco.
- Siempre lava las copas a mano; el lavavajillas no es recomendable.
- Sostén las copas por el cáliz al lavarlas, ya que sujetarlas por el tallo podría romperlas.
- Usa una esponja suave, jabón neutro y agua tibia. Evita el agua hirviendo para prevenir cambios bruscos de temperatura, y enjuaga con agua fría.
- Nunca uses esponjas metálicas, ya que podrían rayar el cristal.
- Un truco de sommeliers: después de lavar las copas, pásalas por el vapor de agua hirviendo. Esto eliminará olores, huellas y cualquier residuo de sabor.
- Deja que las copas escurran el exceso de agua sobre un paño limpio y luego sécalas con un paño seco.
- Si el cristal ha perdido su brillo, lávalo con una solución de una parte de vinagre por una de agua. Déjalo secar por completo sin frotarlo.
- Si en tu ciudad el agua es muy dura y se forman depósitos de cal en el fondo de las copas, llénalas con agua destilada y déjalas reposar por una semana. Luego, retira los depósitos con un cepillo de dientes.
- Para limpiar una licorera por dentro, coloca una cucharada de arena fina, agua tibia y un poco de jabón neutro. Agita la mezcla para que la arena funcione como una esponja.
Almacenaje:
- Guarda las copas de pie en un lugar ventilado, nunca boca abajo, ya que si son antiguas o de cristal frágil, los bordes podrían dañarse.
- Si no vas a usar las copas por un tiempo, envuélvelas en papel.
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